Pues parece que después de un año de impasse, el Excelentísimo Ayuntamiento de Barcelona ha decidido desoír a los vecinos «sostenibles» y, a pesar del ruido, va a permitir que más de 18.000 motoristas se reunan del 18 al 20 de Junio y hagan suya la ciudad.
Vuelve el gran evento europeo de la mítica marca americana Harley-Davidson. Y no es para menos, porque un millón de personas concentradas en la ciudad, no se ve cada día. Digo bien, un millón de personas acudieron al Barcelona Harley Days de 2008.
Y los amigos del Ayuntamiento sumar, lo que se dice sumar, saben… aunque sea con calculadora. Tanta gente supone un ingreso de dinero tan impresionante como para que «el crecimiento sostenible» y el cívismo mojigato pasen a un segundo lugar.
Y es que cuando hay dinero por medio, para que va uno a estar para tonterías y no hacer la vista gorda. Y uno se preguntará como es que esos melenudos mal vestidos, chulescos y con pinta de peligrosos encima de sus motos pueden dejar tanto dinero. Es que en Barcelona se va a concentrar el maravilloso mundo de Harley-Davidson. Estruendo, cromo y fiesta durante tres días.
Es la gran fiesta del 99% del mundo Harley-Davidson. La mayor concentración del mundillo Harley en Europa y una operación de marketing perfecta, de caso de estudio en escuelas de negocios. El fenómeno de como llevar una marca más allá del producto e identificarla como un estilo de vida que te retrotae a… tu juventud.
Porqué no nos engañemos. De este 99% hay casí toda una generación que más que estar en el esplendor de su juventud, lo están de su madurez.
Y eso supone muchas cosas que los amigos del Ayuntamiento no han olvidado. Sólo serán casí 18.000 padres de familia pasando tres días de fiesta, con su mujer, sus hijos, pagando parking por las motos, y alguno por su 4X4 y el remolque en el que ha traido su Harley. Que los hay. Pocos, es cierto, pero haberlos los hay. Eso, que estos son de los que no dan demasiada guerra y no crearán demasiados problemas de seguridad. Mucho posturismo, pero luego al restaurante de mínimo 1 estrella Michelín.
Hotel de cinco estrellas, comidas, cenas, fiestas, souvenirs, rutas turísticas… En definitiva todo un negocio para unos gualdrapas que se escudaron el año pasado en «el ruido» y ahora les parecemos maravillosos.
Pues mejor. Porque no hay espectáculo más maravilloso que ver una ciudad como Barcelona tomada por miles de Harleys y por todo tipo de motoristas, unidos en una gran fiesta que se extiende por toda la ciudad.
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